domingo, 13 de marzo de 2011

POMPEYA, NAPOLES y CAPRI


2 de abril:
Considerando que en el micro debo resignarme a estar totalmente incòmoda, aprisionada entre el señor de adelante que reclina su asiento y Damiàn, que –totalmente dormido- me está comprimiendo, intentaré escribir con los bracitos encogidos…puesto que dormir, es imposible.

Aprovecharé entonces para contar el dia de ayer, 2 de abril. El despertador sonó a las 4 am, tal como habia contado anteriormente. A las 5am, el bus estaba saliendo con destino a Pompeya.

Acceso a las Ruinas de Pompeya


Luego de unas horas de ruta, llegamos a destino. Allí nos esperaba nuestro guía local, Giovanni, para enseñarnos el lugar. Pompeya se hizo famoso, puesto que allá por el año setenta y pico después de Cristo, el volcán Vesubio, que da marco a esta y otras ciudades vesubianas, explotó.






Moldes en yeso de algunos de los pompeyanos que quedaron cubiertos por la nube de cenizas

Este pueblo, a diferencia de otros de los valles del volcán, no fue cubierto por lava volcànica, sino por cenizas y piedra pómez. Fue así que, muchísimos años después, en ocasión de hacer excavaciones para alguna obra civil, encontraron sumergida bajo la superficie, una ciudad completa.

Baños pompeyanos


Cave Canem (Cuidado con el perro) en la entrada de una casa pompeyana


Allí puede recrearse la vida pompeyana completa. Han excavado una enorme parte, y aún resta un tercio para descubrirlo todo. Claro está, como en la mayoria de los descubrimientos, buena parte de lo encontrado está en museos, por ej, en Nápoles. Así pudimos ver los restos de tiendas, y tambien del foro, de templos, y de casas. 

Las casas con pinturas al fresco que se conservan, pese a la antigüedad y la embestida del volcàn, en muy buenas condiciones. Asi fue que también pudimos ver las termas, baños públicos, donde podían darse baños frios, tibios o un baño sauna, gracias a un sistema de caldera que distribuìa el calor por una doble pared, y un doble piso. Tambièn vimos que los políticos que nos gobiernan hoy día, no inventaron nada. La fuente dentro de los baños termales y el reloj de sol dentro del templo, son “regalos” de los candidatos a gobernador de la época, donde colocaban su nombre, indicaban qué estaban regalando, y hasta el costo de lo adquirido. Todo para que el pueblo esté “orientado” a la hora de la elección.

Propaganda política en las Baños pompeyanos


Lamentablemente, el lupanar –o prostíbulo- estaba cerrado por refacciones. En ese sitio, según tengo entendido, se conservan muchas pinturas al fresco, con “publicidad” sobre lo que se ofrecía en ese sitio, siendo entonces principalmente las imàgenes sobre tematica erótica (creo que es allí donde está la pintura tan famosa de Príapo).

El siguiente punto para conocer, la bahía de Nápoles. Pues què decirles de esta ciudad…de lo poco que vimos, no hay nada que justifique la frase “ver Nàpoles y después morir”. Una característica notoria, es que la gente cuelga sus ropas lavadas en los balcones, y que de no tener éstos, de las ventanas hacia la calle. Está más que claro que no es agradable, es una sensación de estar por un momento en la Boca. Llegando a la bahía, nos esperaba el ferry, que nos llevaría hasta la isla de Capri. El ferry, era uno lo ligero, que demoró unos 40 minutos. Debo decir que Capri es pintoresco, y que el agua es bonita, pero que, en el vecino país de Brasil he visto playas y pueblos mucho más lindos, con aguas màs llamativas, con casas más cuidadas, es decir, un conjunto màs armado, y que me llena más. Es claro que no puedo decir que es feo, porque no lo es, es un muy lindo sitio, pero quizás tenía otra expectativa, de acuerdo a todo lo que uno escucha sobre esta ísola. 

Galeria Umberto I, en Nápoles


No más tocar tierra, nos esperaban unos mini buses, que eran tan literalmente minùsculos como su nombre. Claro está, no nos entraban las piernas, y tuvimos que ponerlas de lado para ir, contando con la suerte que el mismo no estaba completo. Este transporte nos llevó hasta Anacapri, el punto màs alto de la isla, donde almorzamos en un restaurant al que nos llevó el tour. Valoración de la comida y la atención: 3.

Capri vista desde Anacapri

Vista de Capri, desde Anacapri

Vista de Capri desde Anacapri
Aquí me gustaría hacer un paréntesis. Como nieta de italianos, y como ciudadana ahora de este país, me sentí muy defraudada del trato de los lugareños: en los restaurantes te atienden a los apurones, no te traen el pan si no lo pedís, asi como tampoco queso, y siempre, pero siempre, 5 minutos es igual a media hora. De hecho, algunos de los compañeros de viaje tuvieron que pagar el servicio de mesa y levantarse sin comer porque no hicieron a tiempo a darles su pizza antes que se fuese el bus. Yo esperaba una atención màs cálida, con màs esfuerzo por intentar hacer comprenderse, con màs esmero para con el turista, pero no, nada de eso.
 
Lo último de este paseo, fue una salida en lancha para bordear la isla, y poder ver los farallones, enormes piedras que asoman del mar, y el pueblo desde el mar. Esta fue la parte que màs rescato de la salida de ayer, porque el sol nos acompañó todo el camino, y pudimos disfrutar en la cubierta, el sol, el viento, y el color del agua.
Farallones en Capri

Capri


Ci veddiamo!!!

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