jueves, 20 de enero de 2011

FLORENCIA y ROMA

Miércoles 31:

Hoy por la mañana tuvimos el peor desayuno de las vacaciones. En el hotel de Florencia, tambièn en las afueras, no tuvimos Internet, porque nos quisieron cobrar €0,27 centavos el minuto. Por esa razón, hoy no mande mails, no revisé el correo, ni puse a nadie al tanto del viaje.

El desayuno era muy pobre, se quedaron sin productos a la hora que llegamos a desayunar nosotros, y para colmo, se les atascaba la máquina del café –automática- a cada rato. Nada para resaltar de esta parada.

De allí, salimos con rumbo al centro de Firenze, cuna del renacimiento. Florencia es una muy linda ciudad, pero sobre todo, un sitio repleto de obras de arte para ver. De màs está decir que no hicimos a tiempo a ver gran parte de ese tesoro, pero la mañana que tuvimos allí, la disfrutamos a pleno, viendo los sitios màs clàsicos y de mayor interès de la ciudad. Allí, la guia local nos llevó primeramente a visitar SANTA MARIA DEI FIORI, la catedral. Qué decirles de esta iglesia. Para mí la palabra es sobrecogedora. Inmendiatamente que pude verla por la callecita perpendicular por la que estábamos por accederla, me impactó. Al llegar y verla de frente, con su baptisterio al frente y el campanille al lado, las làgrimas me llenaron los ojos. Es que esta obra la vi muchas veces mientras estudiaba, y verla de primera mano, me dejó sin habla. Los mármoles que la cubren, son de color, blanco, verde y rosa. Siempre en las fotos la habìa visto como azul, y me impactò encontrarla de este modo, aún habiéndomelo advertido mi mamá. 


Santa Maria dei Fiori
No tuvimos ocasión de entrar, porque las filas que hay en Florencia para entrar a los museos (Academia, Ufizzi, la catedral), son grandes, muy grandes. Quizàs no lo sean màs que en el resto de los museos de Europa, pero considerando las escasísimas horas que teníamos, no hacíamos a tiempo. De todos modos, nos había advertido la guia –una españolísima llamada Arancha- que el interior es completamente austero –en comparación con el impactante exterior- para no distraer a los fieles de la oración y el recogimiento.

Seguimos a pie la recorrida, pasando por el Ponte Vecchio. Este puente, sobre el río Arno, es el más viejo de la ciudad. Antiguamente era la sede de las carnicerías florentinas, pero, al llegar los Medicis a vivir en la zona, decidieron desalojar a estos locales –con olor, sangre, contaminación- y llevar en su lugar a los joyeros. El puente está repleto de joyerías de gran calidad, y están en la zona desde aproximadamente 500 años.


Ponte Vecchio sobre el Rio Arno

Siguiente stop: Piazza di Signoria. Allí se encuentra el palacio de gobierno. Pero esto es solo un decir, puesto que lo màs importante son las esculturas y fuentes de la plaza: una copia del David, un Hércules, el Rapto de las sabinas, y Perseo y la medusa. 


Detalles de "El rapto de las Sabinas" en plena calle, en la Piazza di la Signoria
Tambièn muchas esculturas romanas de 2000 años, copias a su vez de obras de la antigua Grecia. En la esquina de la plaza, una gran fuente consagrada a Neptuno, fabricado el personaje principal de un ùnico bloque de mármol de carrara.

Fuente de Neptuno

Por el lateral izquierdo del Neptuno y en línea recta, se encuentra uno caminando 5´ a la Santa Croce, una iglesia originalmente construida de modo austero por los franciscanos, la cual fue años después “completada” (para la época que Firenze fue capital de Italia) con muchisimos mármoles (sólo en la fachada) de los exactos colores de la catedral (Sta. Mª dei Fiori)…algo totalmente opuesto al deseo franciscano.
La Santa Croce

A partir de allí, y sin perder el ritmo, nos largamos por las nuestras, a buscar la Accademia Belle Arti, que alberga al original DAVID de Michelangelo.
La inmensa fila para ingresar a la Academia, a ver a David.... (esta era solo una pequeña porción de la fila)


 Despuès de un intento infructuoso de formar una fila que avanzaba a paso de hombre (la cual era para visitantes sin ticket comprado de antemano), Damiàn descubriò un OPORTUNÌSIMO cartel en la  mismísima puerta del museo, que indicaba que existian otros sitios donde adquirir los pases para este museo. Mientras yo formaba fila obedientemente en la de los “sin tickets”, Dami pudo alcanzarse hasta la Piazza San Marcos Nº3, donde pudo comprarlas a €10.50 (mismo precio que en la puerta de la Accademia), con un horario estipulado de entrada: 1:00/12.15…el bus salía a las 12.45!!

Perdonando la calidad de la foto, la inteciòn es que vean lo simple que era NO HACER LA FILA...ahì, en las narices



Llegó con la entrada, pasamos a la fila de los “con reservación”, entramos y LO VIMOS. Ni bien entrar, a mano izquierda, se toma un pasillo, y al fondo está, imponente y gigante, David. Con su cuerpo perfectamente esculpido en mármol de carrara, completamente liso, donde pueden verse los mùsculos y venas, y la expresión de la cara luego de haber arrojado la piedra a Goliat. Las fotos, inexplicablemente prohibidas. Aun sin flash. . En el Louvre en París, te dejan fotografiar ABSOLUTAMENTE TODO, siempre sin flash. En fin, cada museo es totalmente diferente al otro en cuanto a reglas, pero no en lo referente a las maravillas que exhiben.
¿Necesita presentación?



Fin de Florencia, con sabor amargo por no haber llegado a Sta. Ma. Novella, y mucho màs aún cuando un matrimonio Cordobés del contingente llegó UNA HORA TARDE AL BUS porque entendieron mal la hora de vuelta…en fin…podría haber hecho la visita que me había quedado en el tintero. Gajes de ser obedientes.

ROMA

Ruta rumbo a Roma, y en tres horas, llegamos a la ciudad eterna. Ni bien llegar –esta vez a un hotel un poco mejor que los anteriores, pero aún asi con Internet paga- salimos a la visita de Roma de noche.

Primero un city tour, sufriendo el tràfico romano, y la interrupción de subte que lo volvía aún màs caòtico. Luego un recorrido a pie.

Roma, a diferencia de París, està mucho mejor iluminada. Así es que los monumentos y edificios se disfrutan muchísimo más. En la recorrida en el bus, el mismo terminò en un enormísimo monumento, el de Vittorio Emmanuele, rey de Italia. Es gigantesco, completamente  blanco, lleno de columnas, y muy grandilocuente. A partir de allí, la visita a pie. Encontrar la Fontana di Trevi, fue alucinante. 

Monumento a Vittorio Emmanuele . Copyright by Fabio Baccaglioni . www.fabio.com.ar
Monumento a Vittorio Emmanuelle, parte posterior, vista desde el Foro Romano. Copyright Fabio Baccaglioni de www.fabio.com.ar



Monumento a Vittorio Emmanuelle


Ya una cuadra atrás podíamos adivinarla por el sonido del agua, correntosa y potente. El edificio esconde un viejo acueducto romano, pero nos deja ver su agua. Litros y litros de agua transparente salen por ella. Por supuesto, y para no dejar de hacer todas las costumbres que hacemos TODOS los turistas, tiramos las monedas hacia atrás, con la mano derecha hacia el hombro izquierdo (por la mañana también tocamos un jabalí en Florencia, llamado Il Porcellino, que es la tradición para volver a Florencia).
Il Porcellino


A diferencia de lo que pensaba, la Fontana no es sólo una fachada, sino un monumento pegado a un palazzo, y las ventanas que se ven a los lados de las estatuas centrales, son ventanas verdaderas del palacio. Realmente la fuente es digna de ver, y ojalá en la siguiente ocasión sea con el tiempo suficiente de sentarme a oir el agua caer, y contemplar uno a uno los detalles.
Fontana di Trevi

Seguimos por el Panteòn de Agrippa, originalmente construído por éste, y reconstruido por Adriano tiempo después. Las características màs llamativas son las columnas monolíticas de la entrada, hechas con un único bloque de granito traídos desde Egipto.

Panteón de Agrippa . Vista nocturna 
 Pero lo màs colosal es la cúpula interior, que aún no tuvimos ocasión de conocer, porque era de noche, pero que mide 43 metros de diámetro, configurando una semi esfera perfecta. Como única iluminación, un óculo central de 9 metros de diámetro, donde entra tanto la luz, como el agua, para la cual se hicieron drenajes en el piso. En el panteón –originalmente construido como templo para los dioses paganos- están enterrados, entre otros Raffaello. Esperamos poder entrar mañana a ver esa maravilla de la ingeniería, construida en hormigón.

Mañana tocará visita panorámica de la ciudad, de dia, y por la tarde, visita a los museos vaticanos, San Pedro y la capilla Sixtina. Qué genial!!!!

Ciao!

martes, 18 de enero de 2011

VERONA y VENECIA

Domingo 28, Lunes 29 y martes 30:

Finalmente llegamos a Verona. Alli visitamos la casa en la que, al parecer, William Shakespeare se inspiró para escribir la tragedia romàntica medieval Romeo y Julieta. Tomamos la foto al balcòn, e hicimos la otra tradición turística, de tocarle el seno derecho a la estatua de Julieta.
El balcón que inspiró a William

No nos supieron decir el origen, la utilidad ni el sentido de este “rito”, pero lo que puedo contarles es que la pobre Julieta tiene una teta màs brillosa y pequeña!
Necesita un pie explicando?

Otra de las costumbres es dejar los nombres de los enamorados escritos en la pared del pasillo de entrada, bien pegados en un papel, o pintados, pero (poco previsora) bajè sin lapicera. Me queda el  consuelo de no haber participado de la decadencia de un edificio històrico (servirà de alivio?)
Fachada de la casa de Giulietta

Ademàs tuvimos ocasiòn de conocer nuestro primer coliseo. Si bien a cualquier otro anfiteatro que no sea el de Roma, no se le llama Coliseo, lo pongo en estas palabras para que se comprenda lo que vimos. A este anfiteatro, se lo conoce como L´Arena, y es aùn màs antiguo que el de la capital del país, en tanto el primero fue construido en el siglo I A.C., mientras que el archiconocido de los gladiadores romanos, se hizo en el  I D.C..
L'Arena

Realmente es impactante, pero me quiero reservar todo el asombro y la emoción para “el” anfiteatro.

Sólo dimos un paseo màs, y probamos un helado en una Gelatateria veronesa, con verdadero gusto a pistaccho. No es verde, y sabe –por primera vez- realmente al fruto seco que conocemos.


Venecia
Al término, tomamos la ruta rumbo a Mestre, pueblo en el que dormimos para hoy, Martes 30, conocer Venecia. El hotel era una especie de tributo a las películas de Olmedo y Porcel, con sillones turquesas con brazos bordòs, luz tenue, y cerramientos grises. De todos modos resultó confortable, tenìa un buen baño, y pudimos por 5€ tener Internet en el cuarto vía red eléctrica (en lugar de tener un cable a la línea de telèfono o wifi, se conecta a un aparato que, por un enchufe en la red electrica te brinda Internet). Así pudimos asesorarnos sobre las excursiones de la ciudad de los canales, y descubrir que el paseo de góndolas que nos ofrecían por 60€ per càpita, se podía hacer por 13,5. Claro está, sin cantante de serenatas. Pero cuando por el Gran Canal vi una pareja en una góndola con un señor cantando, preferì haberla hecho en silencio. El cantante era un muchacho en campera inflable, lentes negros de sol y colita, algo nada vernàculo ni típico, aunque gracioso, por cierto.
Negocio de típicas máscaras venecianas

Tengo que decir que Venecia me sorprendiò muy para bien. Tal y como nos lo habìa descripto nuestra guia, se puede decir que esta ciudad es como esas señoras que de jóvenes fueron muy hermosas, y que, al correr de los años, conservan la belleza, pero detrás de un cuerpo en decadencia. Así, tal y cual, es Venecia.
El acceso a la isla de la laguna, se hace con una lancha, en el Tronchetto, la estación fluvial. Hasta allí se viaja en bus, para luego dejarlo, en tanto en la ciudad no se usan autos porque todo es por agua. Puentes peatonales, y canales para botes, y nada màs.

Lo primero que quiero destacar es que el agua no tenía olor, tal y como me lo había contado mi madre, que cuando la visitó 11 años atrás, olìa muy mal. Quizàs se deba a que ella fue en Septiembre, fin del verano. Lo segundo, fue el color del agua, que es verde, y no marròn como la imaginaba. Quizàs por hacer analogía con nuestro delta, es que la pensè de ese color, pero me sorprendiò encontrarla así.

Los ìconos de la visita que recorrimos fueron, primeramente, el puente de los suspiros. En nuestra visita, no tuvimos la suerte de poder ver los edificios a los cuales conecta, porque están cubiertos por grandes gigantografías, en tanto están en reparación.

El puente de los Suspiros

La historia que nos contaron dice que, el palacio Ducal, a la izquierda del famoso puente, era el palacio de justicia, donde se sentenciaba a los reos, que luego, por intermedio del de los suspiros, pasaban al edificio de la diestra, el que se dice que era la càrcel. Los suspiros, cuenta la leyenda, eran los de los presos, que veìan por la ventana del puente por ùltima vez el cielo, símbolo de la libertad, y podían oirse desde fuera.
Palacio Ducal

A continuación, vimos las dos columnas que antiguamente eran las puertas “ideales” de la ciudad, una con el típico leòn alado –símbolo de San Marcos, patrón de la ciudad- y la otra con un santo que ahora no recuerdo el nombre, que era el que, antes que trajesen las reliquias de San Marcos desde Alejandria, era el patrono de la ciudad.
Columnas IDEALES de ingreso a Venecia


Del traslado de las reliquias, cuenta a historia que los trajeron desde Egipto dentro de una canasta, escondido debajo de carne de cerdo, la que estaba prohibida para los musulmanes, razon por las que las pudieron pasar por la frontera sin problemas.
En el mosaico del tímpano, se relata la historia del traslado de las reliquias, escondidas bajo carne de cerdo

 El campanille, que fue reconstruido a posteriori de la caída del original (por exceso de peso) es otro de los símbolos del lugar, que se usaba como alcázar para vigilar desde lo alto y poder controlar, al tiempo que servía como faro. Para subir, y para variar, 8€ la entrada.
Campanille

Lo màs maravilloso del lugar es la basìlica de San Marcos, cubierta de mosaicos de oro por donde se la mire. Todos los techos y todas las cúpulas revestidos de mosaicos maravillosos, de colores pero principalmente de oro. Para mi criterio, y al momento de este recorrido, fue la iglesia que màs me gustó. El trabajo de ornamentación de los techos y pisos es inconfundible e irrepetible, por la mano de obra necesaria y por la riqueza de los materiales.
Interior Basílica de San Marcos (tomada sin flash)
Cabe mencionar que los suelos de Venecia son ondulados. Y eso se debe a que, gran parte de lo que se llama la isla, es tierra ganada a la laguna (salobre, con agua dulce y tambièn salada, del mar Adriàtico). La ciudad se monta sobre cientos de miles de pilotes de madera, que fueron clavados en un fondo arcilloso, y, merced al ambiente anaeròbico, es que éstos no se pudren y siguen sosteniendo todo lo que està por encima de la tierra. Es así que la ciudad tiene un terreno flexible, el que hace, por ej, encontrar una torre inclinada, como la de Pisa, o partes de la basìlica notoriamente ladeadas, y tambièn los pisos ondulados, con saliencias y hundimientos. Eso al parecer la convierte en una tierra ideal como sitio antisísmico, por su flexibilidad.

Del paseo en góndola, les cuento que se consigue en cada esquina o puente un gondolieri ofreciendo los servicios. El precio oficial es 80€ la góndola, durante una hora para 6 personas màximo. Lo mejor que pudimos conseguir, compartiendo con dos compañeros del tour, fue un paseo de media hora, por los pequeños canales, a 60 € los cuatro. Lo llamativo fue el silencio de los canales. Es algo que llama la atenciòn: la quietud de las pequeñas “callecitas”. Inclusive se “oye” el silencio dentro de algunos pequeños pasajes (no de agua, sino los que se caminan). A unos metros un gran bullicio de turistas, y unos pasos màs acà, dentro de una tienda de encajes, o en uno de los pasajes de ancho minimo, un silencio absoluto.

Si hay algo que recordaré de Venecia, tal como me quedò de la ciudad de Salvador de Bahía (Brasil) el olor a aceite de dendé, es el olor a humedad. Por donde camines, o donde recorras en gòndola, huele a hùmedo. Claro està, están rodeados de agua por donde los mires, pero es algo que captó mi atenciòn.

Ahora mismo, estamos de camino a Firenze, cuna del renacimiento, escuchando a la guìa que cuenta los inicios del renacimiento, la imprenta, las teorías de la tierra redonda, la perspectiva como técnica matemàtica. El paisaje es Bologna, una ciudad que, al menos por lo que se puede ver desde la ruta, es una hermosura de casitas subidas sobre los montes Apeninos, completamente verdes por donde los mires, Según nos dice la guía, esta hermosura bolognesa, es sólo una muestra de la belleza de la Toscana. Florencia, es la capital de esa region, y hacia allì vamos.
Nos estamos viendo.