9 de abril:
Como contaba en mi relato anterior, llegamos a Sevilla. Debo decir que la región de Andalucía es bastante similar toda entre sí, con algunas variantes de pronunciación del idioma, y los monumentos que cada ciudad contiene. La arquitectura de Andalucía (Córdoba, Sevilla, Granada) es toda muy similar, respetando los patrones de lo que anteriormente conté: casas de 2 o 3 plantas máximo, con balconcitos franceses con bastante vegetación, y en muchos casos los típicos patios, de los cuales, de haber podido, me hubiese traído uno a casa.
La arquitectura típica de Andalucía, tanto en Córdoba como en Sevilla |
Normalmente cubiertos de geranios en las paredes, y alguna que otra trepadora por las paredes, o bien abrazando una glorieta, con pisos rojizos, ruido a agua, y casi siempre decorados con cerámicas del lugar, predominantemente azules, blancas y ocres. Y siempre acompañados por el sonido de pájaros, que atraídos por la belleza y el agua, le dan música a los jardines.
Un bello patio andaluz |
En Sevilla, tomamos el bus en la puerta del hotel (el número 27), y llegamos al centro. Allí primero a pie, buscamos de cambiar dinero e información turística. Allí en el punto de informes al turista, nos atendieron muy atentamente, nos entregaron el mapa, y nos indicaron qué se podría visitar, dónde alquilar bicis, y donde hallar una lavandería, puesto que a estas alturas, y estando 1 o 2 días en cada sitio, no dábamos a tiempo de lavar la ropa.
La oficina de informes turísticos, un placer la atención! |
Llegamos hasta el lavadero, dejamos la ropa, alquilamos dos bicis, y por el “carril bici” salimos a hacer la recorrida. Lo malo fue que la parte histórica no tiene bicisenda, razón por la cual buena parte la hicimos andando con la bici “de la mano”. Conocimos sólo por fuera la catedral, no por no poder ingresar, sino porque ya hemos visto unas cuantas iglesias, y estábamos un poco agotados de que a cada sitio te cobren un promedio de 8€ para el ingreso. Por tanto, tomamos las fotos por fuera, así como las de la Giralda , antiguo minarete musulmán, devenido en campanario católico.
La Giralda |
La Giralda desde una de las callecitas Sevillanas |
Luego fuimos hacia un parque, que ya no recordamos el nombre pero creemos eran los jardines del Alcázar, y allí el sueño nos venció. Recostamos las bicis, y nos echamos una siestecita al sol, recostados uno sobre otro…era el único modo de poder seguir.
Se hizo la hora de retirar la ropa, y allí dejamos también las bicicletas. A modo de almuerzo, comimos unas tapas en un muy lindo bar en una esquina, con unas riquísimas cervezas alemanas de trigo.
Hora del recreo. Las cervezas alemanas, así de turbias como de ricas! |
Delicioso tapeo! |
El sitio donde tapeamos e hicimos el recreo cervecero |
Quisiera hacer mención a que, tanto en las lavanderías, como en muchas casas típicas, estaban acicalando – o bien vendiendo- los vestidos típicos ceñidos al cuerpo y repleto de volados en la parte inferior de la falda, y en las mangas. Los había de lunares, de todo tipo de colores, o bien blancos y con muchas puntillas. Al parecer, en unos días se celebra una feria, y todos quieren estar allí presentes vestidos con el atuendo típico.
Este fue un día que se nos hizo corto en cuanto a visitas, pero largo en cuanto al agotamiento, por lo que no sacamos todo el provecho que podría haberse sacado. Previa pasada por el Corte Inglés, sección electrónica, dejamos el centro para ir a cenar al hotel y descansar hasta el día siguiente.
El relato continúa por la ciudad de Granada! No se lo pierdan!